Con el paso de los años, el mundo ha presentado la necesidad de cambiar nuestra forma de consumo mediante un pensamiento de moda más ético, consciente y respetuoso con la sociedad y el medioambiente.
La moda fue uno de los tantos sectores que se unió a esta causa, buscando combatir el estilo de consumo conocido como Fast Fashion que, en términos generales, se trata de la producción y consumo masivo de la ropa.
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Consumo responsable y sostenible
Cuando hablamos de un consumo responsable y sostenible, nos referimos a la reflexión y puesta en marcha de comprar productos que no tengan un alto impacto negativo en el medioambiente tras su producción, utilización y desecho, además del tiempo de vida de los mismos. También, se tienen en cuenta las condiciones laborales de quienes realizan dichos productos.
Como consecuencia de lo mencionado anteriormente, nace un aspecto de la moda sostenible denominada Slow Fashion, la cual es todo lo contrario al Fast Fashion.
Slow fashion
Al mencionar el Slow Fashion (Moda Lenta) nos referimos a una producción enfocada, no solo en la sostenibilidad, sino también en que la moda sea calidad y no cantidad, utilizando materiales naturales en vez de artificiales. Se busca que el producto perdure y sea sostenible a lo largo del tiempo.
Fast fashion
Como mencionamos anteriormente, el consumo de Moda responsable busca reemplazar el Fast Fashion (Moda Rápida), es decir, la moda que es rápida y cambiante en poco tiempo. En ella, los productos se ponen a precios accesibles para los consumidores, dando lugar a sacar otra tendencia, alimentando el rápido consumo y desecho de las prendas en un corto lapso de tiempo.
Debido a esto, se producen un gran número de contaminantes por los residuos que genera y los altos consumos de agua, energía y reactivos químicos que lleva la producción de ciertas prendas.
Lo barato, sale caro
En la industria de la moda, podemos encontrar productos desde los valores más bajos a los más altos. Pero, ¿Realmente un producto es tan barato como nos lo muestran? Cuando decimos que lo barato sale caro, no solo hablamos del valor monetario de un producto, sino también del valor de impacto social y ambiental que su producción tiene como consecuencia.
Para que un producto sea de un bajo valor y que el productor obtenga una ganancia del mismo, se comienzan a disminuir los gastos, tales como: la de mano de obra (malas condiciones laborales) y materiales que no tienen un largo tiempo de vida, siendo esta la razón de su rápido desecho y la nueva necesidad de adquirir en tan poco tiempo un nuevo producto.
En resumen, la moda a precios bajos es una gran contaminación.
¿Cómo ser un consumidor de moda responsable?
Si quieres ser un consumidor de moda responsable, te dejamos algunos tips que podrían ser de gran ayuda:
- Evitar el alto consumo si no es necesario ¿realmente necesito esta prenda?
- Escoger productos que sean más sostenibles en el tiempo, es decir que la calidad sea buena para que pueda utilizarse durante un buen tiempo
- Buscar formas de Reutilizar y Reciclar un producto que ya no usamos
- Darle una segunda vida a las prendas que no utilizas, donándolas o vendiéndolas
- El asesoramiento de imagen nos permite realizar una compra más consciente porque, de esta forma, solo compraríamos aquello que se ajusta a nosotros por nuestra forma de cuerpo y color
- No adquirir solo productos de temporada, sino aquellos del guardarropas que nos permiten realizar una gran variedad de combinaciones
- Teniendo mayor información sobre la cadena de producción de las prendas ¿dónde se producen? ¿ qué % de la prenda es sustentable?
El primer paso, es siendo conscientes de que todos nuestros consumos tienen un impacto ambiental y social, y que para que haya un cambio somos claves en ese proceso.
¡Te invito a hacer un consumo más responsable! 🙂